Tristán e Iseo: I

El conde Olinos

Madrugaba el conde Olinos,
mañanita de San Juan,
a dar agua a su caballo
a las orillas del mar.

Mientras el caballo bebe
se oye un hermoso cantar,
las aves que iban volando
se paraban a escuchar.

Bebe caballito, bebe,
Dios te me libre del mal,
de los vientos de la tierra
y de las furias del mar.

Desde las torres más altas
la reina le oyó cantar,
mira hija cómo canta
la sirena de la mar.

No es la sirenita, madre,
que esa tiene otro cantar,
es la voz del Conde Olinos
que por mí penando está.

Si es la voz del Conde Olinos
yo le mandaré matar,
que para casar contigo
le falta sangre real.

No le mande matar madre,
no le mande usted matar,
que si mata al conde Olinos
a mí la muerte me da.

Guardias mandaba la reina
al conde Olinos buscar,
que le maten a lanzadas
y echen su cuerpo a la mar.

La infantina con gran pena
no cesaba de llorar,
él murió a la medianoche
y ella a los gallos cantar.

A ella, como hija de reyes,
la entierran en el altar, y a él,
como hijo de condes,
unos pasos más atrás.


De ella nace un rosal blanco;
de él, un espino albar.
Crece uno, crece el otro,
los dos se van a juntar.


La reina, llena de envidia,
ambos los mandó cortar;
el galán que los cortaba
no cesaba de llorar.


De ella nacería una garza;
de él, un fuerte gavilán.
Juntos vuelan por el cielo,
Juntos vuelan par a par.


 Este romance habla de un conde, que se enamora de una infanta, y canta debido a la alegría que siente. La reina, que es la madre de la infanta, cree que es una sirena, sin embargo, la hija reconoce la voz y le dice que es el conde Olinos, que canta contento, porque están enamorados. La reina, ante este hecho, se opone, pues cree que el conde no tiene sangre real, y decide mandar a matarlo. Después de su ejecución, la infanta llora y muere a causa de tanta tristeza.
A ella la entierran en el altar, y a él en otro lugar, pero no muy alejado de donde la infanta yace. De la tumba de ella, sale un rosal, y de la de él un albar. La reina, llena de envidia y rabia, manda cortar las dos plantas. No obstante, de la tumba de la infanta nace una garza, y de la del conde, un gavilán.

Tiene ciertas similitudes con la historia de Tristán e Isolda. Por ejemplo, los personajes, que están enamorados, pero por celos o envidia, siempre hay alguien que quiere separarlos matando a uno de los dos. Y cuando a ejecución se realiza, el otro, muere de pena. Por último, se ve una semejanza en cuanto a la metamorfosis que sufren: en ambas historias, de la tumba de los amantes salen dos plantas.

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