Robinson Crusoe
Pensaba
que la situación en la que me encontraba era realmente sombría. Había
llegado a esta isla después de que nuestro barco fuese desviado de su
rumbo por una fuerte tormenta, alejándonos así cientos de leguas de las
vías que eran transitadas habitualmente por los marineros. Además, tenía
motivos para considerar este suceso como un designio del cielo, por lo
que pensaba que acabaría mis días en este lugar desierto, sin ninguna
compañía. Mientras me hacía estas reflexiones, las lágrimas corrían por
mis mejillas. [...]
No
obstante, no tardaba en descartar tales pensamientos y en reprenderme a
mí mismo. En concreto, mientras caminaba un día por la orilla del mar,
llevando el rifle a cuestas, y meditando sobre la situación en la que me
encontraba, la razón me reconvino del siguiente modo: «Bien, te
hallas en un estado de desolación, es cierto. Pero acuérdate de dónde
está el resto de tus compañeros. ¿Acaso no había once personas en el
bote? ¿Dónde están los otros diez? ¿Por qué no se salvaron ellos en vez
de hacerlo tú? ¿Por qué fuiste escogido? ¿Es mejor estar allí o aquí?»,
me preguntaba a mí mismo, a la vez que señalaba el mar. Y es que todos
los males deben ser evaluados en función del bien que esconden, y
teniendo en cuenta que siempre puede haber algo peor.
Entonces caí en la cuenta de que disponía de todo lo que necesitaba para subsistir. ¿Cuál habría sido mi destino, pensé, si el barco no hubiese salido a flote, moviéndose hasta la orilla desde el lugar donde estaba varado, algo que solo sucede en una ocasión entre cien mil, y que me permitió hacerme con las cosas que estaban a bordo? ¿En qué situación me encontraría si hubiese tenido que vivir con lo que tenía cuando llegué a la isla, sin las cosas que son imprescindibles para subsistir y sin los medios que se requieren para procurarse esas cosas? Sobre todo, me dije en voz alta, ¿qué habría hecho sin el rifle y sin munición, sin las herramientas para fabricar cosas y trabajar, sin ropa, cama y tienda, y sin tener manera de resguardarme? Contaba con todas estas cosas en cantidad suficiente y tenía la oportunidad de hacer los preparativos necesarios para sobrevivir sin el rifle cuando se acabase la munición. Había, por tanto, perspectivas razonables de que pudiese cubrir mis necesidades durante todo el tiempo que me restase de vida.
1. ¿Qué rasgos de la personalidad de Robinson deduces de sus palabras?
Es un hombre inteligente, coherente y optimista.
2. Especifica el tipo de narrador del texto. Reconoce marcas de subjetividad, propias de la función expresiva del lenguaje.
El narrador está en primera persona, la historia es contada por el propio protagonista.
Varios ejemplos demuestran este recurso: "Pensaba que la situación en la que me encontraba era realmente sombría." "No tardaba en descartar tales pensamientos y en reprenderme a mí mismo."
3. ¿Qué recurso estilístico se repite como mecanismo de expresión de los pensamientos del personaje?
El recurso más utilizado son las preguntas retóricas.
¿Qué habría hecho sin el rifle y sin munición, sin las herramientas para fabricar cosas y trabajar, sin ropa, cama y tienda, y sin tener manera de resguardarme?
Contaba con todas estas cosas en cantidad suficiente y tenía la oportunidad de hacer los preparativos necesarios para sobrevivir sin el rifle cuando se acabase la munición.
4. ¿A qué sección de la novela (planteamiento, nudo, desenlace) pertenece el fragmento? Explica por qué.
Pertenece al planteamiento porque nos habla del inicio de su estancia en la isla tras haber naufragado.
5. ¿Qué características del pensamiento ilustrado se reflejan en el texto?
Se ven reflejados rasgos como el carácter reflexivo del personaje. Se pregunta sobre las cosas que le han ocurrido hasta el momento y trata de llegar a una respuesta mediante la utilización de la razón.
6. ¿Qué versiones cinematográficas o televisivas del náufrago o superviviente conoces en la actualidad?
Televisivas encontramos un reality llamado Supervivientes, en el cual tienen que sobrevivir en una isla, pero la diferencia es que tienen más facilidades para aguantar que las que tendría un náufrago de verdad.
Y cinematográficas hay muchas, pero una de ellas podría Náufrago, protagonizada por Tom Hanks, que cuenta la historia de un hombre que naufragó, algo similar a la novela de Defoe.
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