Tópico: La mirada

CANCIÓN III

No tuve sobre mí poder alguno,
ni por dueño de mí me tuve al punto
en que mirarme permitió en sus ojos,
espejo que es mi sin igual deleite.
Desde que en ti me viera, dulce espejo,
los suspiros más hondos me mataron,
que entonces me perdí cual se perdiera
el hermoso Narciso en la fortuna.

Bernat de Ventadorn


Rima XXIII: Por una mirada, un mundo.

Por una mirada, un mundo,
por una sonrisa, un cielo,
por un beso… ¡yo no sé
qué te diera por un beso!


Gustavo Adolfo Bécquer.


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