Escila y Caribdis

Tras escapar de los cánticos de las sirenas, en nuestro camino hacia Ítaca, volvimos a toparnos con otro peligro, éste en el estrecho de Messina. Allí habitaban dos monstruos: Escila y Caribdis.
Intentamos pasar más cerca de Escila, evitando a Caribdis ya que este último era un torbellino de agua y se tragaría el barco.

Lo intentamos, pero el barco dio un tumbo y por poco caemos en el torbellino. Sin embargo, con la ayuda de la diosa Atenea logramos escapar de allí, aunque desgraciadamente 6 de mis compañeros cayeron al agua.



 

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